Split tiene mucha personalidad y una espectacular costa para explorar Durante gran parte de la década de 1990 la ciudad croata de Split fue conocida como la puerta de entrada a las guerras balcánicas para periodistas y diplomáticos. Hoy es la puerta de entrada al descanso con espectacular tramo de costas, hermosas islas y mil setecientos de anos de historia.
La ciudad de Split y sus alrededores merecen la pena deser descubiertos.Detrás de un moderno paseo marítimo emerge un sorprendente edificio: el Palacio de Diocleciano, un enorme cuadradoconforma esta ciudadela romana construida en el aňo 300.
Fue reconstruido en gran medida en el siglo 7 y modificado continuamente desde entonces, pero la base de las murallas romanas, bodegas y plan de la calle siguen siendo los originales. El lado sur, a lo largo de su fachada tiene 42 ventanas, Fue así disenado para que el emperador Diocleciano, conocido por sus sangrientas persecusiones contra los cristianos, pudiera disfrutar de la vista al mar.
En el centro de esta ciudadela una catedral del siglo 13 con pilares forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y se puede admirar también una esfinge traída del Antiguo Egipto. En la vecina calle tiendas de ropa y suvenires, bancos y apartamentos. Más allá de la puerta occidental aparece la imposición de estructuras de otra época, plazas y palacios venecianos.
En el borde del centro histórico una próspera cafetería en el centro de la cultura y la vida nocturna. Desde el puerto salen los barcos de pasajeros hacia las islas. Brac, con su mármol, aceite de oliva , bonitos pueblos y el Cabo de oro. Hvar.Los interesados en la historia y la cultura, deben permanecer en el continente y buscar Salona, en las afueras de Split, si bien es difícil de encontrar. Este sitio que fue una de las ciudades más importantes del Imperio Romano, hoy se presenta descuidada, y los visitantes deben buscar solos sus tesoros, como el foro, los cementerios y anfiteatro, y caminar los senderos, que han sido concurridos 1.800 anos atrás.
En un estado más prístino se encuentra Trogir, una pequena ciudad de edificios de piedra blanca, también Patrimonio de la Humanidad. Una catedral del siglo 13, una fortaleza veneciana de cuatro pisos y casas del siglo 17 se encuentran entre sus mejores edificios, mientras que un entorno de palmeras, cafés, una iglesia y el palacio pueden observarse sentado en los bancos con respaldo junto al muelle, donde se amarran los yates en verano . Tony Dawe, The Times, Londres
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